La cita era el 22 de abril, volvimos a ir nuevamente a Tapalpa, los integrantes de la generación 73-78 de Ing. Agrónomos de la U de G o la G 10 como ya se conoce.
Como anfitrión estuvo el Ing. Arturo Lomelí Ramírez y su distinguida esposa Laura, quienes como siempre fueron muy cordiales con grandes atenciones para todos quienes tuvimos la dicha de asistir.
Es la tercera ocasión que hemos estado presentes en la Granja propiedad de nuestro compañero y amigo Arturo Lomelí; el 5 de febrero y el 30 de abril del 2016 fueron las dos primeras ocasiones por lo que ya conocíamos el camino y sin problemas llegamos al punto del convivio.
Desde Guadalajara partió el autobús que trasladó a la mayoría de los integrantes de la G 10 coordinados por el compañero José Guerrero Romo quien citó a los interesados desde las 8: 30 a.m. partiendo con destino a Tapalpa a las 9: 20 a.m.
El entusiasmo y el buen compañerismo, así como el buen ánimo y la alegría de viajar en grupo acompañados de nuestras esposas le da un toque de mucha familiaridad al viaje, mismo que se disfruta mucho por todos.
Se hizo una escala técnica para desayunar en el restaurante Rancho Alegre, pasando el crucero de Atotonilco rumbo a Atemajac de Brizuela.
La siguiente parada fue en el Crucero de La Frontera para proveernos de las bebidas y las botanas y respirar el aire fresco de la montaña y sentir el contacto con la naturaleza, con el bosque de pinos y árboles frondosos.
La llegada al lugar del evento fue a las 14:00 hrs. aprox. donde ya se encontraban varios de nuestros compañeros que se anticiparon en llegar, unos desde un día anterior y otros que madrugaron y llegaron en sus respectivos vehículos con sus esposas.
Se sentía un ambiente muy cordial, alegría y sonrisas, intercambio de abrazos y saludos mutuos. Fuimos recibidos por nuestro amigo Arturo Lomeli y Laura su esposa quienes se mostraron muy alegres y con un gran entusiasmo.
Una característica que resulta motivante para todos en estas reuniones es la plena identidad que se ha logrado entre los propios integrantes de la G 10 y las esposas de cada uno, debido a que entre ellas ya se identifican plenamente y de inmediato hacen su propio ambiente, se juntan, dialogan, platican y pasan el rato muy ameno.
Otro detalle que cabe resaltar es la asistencia de aquellos compañeros que vienen a convivir desde lejanas tierras donde ellos radican y que su presencia le da al grupo una relevancia notoria ya que hacen un gran esfuerzo por estar presentes y compartir con la G 10 estos grandes momentos de convivencia.
Vale la pena estar presente en estos convivios ya que independientemente de que se comparte el pan y la sal, la interrelación personal entre todos y cada uno de los integrantes de la G 10 permite un acercamiento mutuo y se mantienen los lazos de amistad personal y del grupo, lo que se refleja en el intercambio de mensajes y saludos todos los días a través de los diferentes medios de comunicación.
Ya en pleno convivio, hubo brindis por todo, por las esposas, por los amigos presentes, por los ausentes, por los anfitriones y por ser parte de la G 10.
El lugar es una casa de campo en una planicie con una excelente vista panorámica, campestre rodeada de árboles, se instaló un toldo para el evento con mesas adornadas y sobre ellas platones con fresas y arrayanes para degustar y botanear.
Llegó el momento tan esperado por todos, el momento de servir la comida: el tradicional platillo de “el bote” consistente en un caldo elaborado con carnes de res, puerco y pollo, verduras como papa, chayote, zanahoria, col y calabacita cocido con pulque y agua, condimentos y sal, muy rico y delicioso; hubo quienes repitieron plato, de lo sabroso que estaba.
Así transcurrió la tarde conviviendo, platicando, haciendo planes, tomando acuerdos, en la rifa de artículos obsequiados por Arturo Lomelí y Laura, en los juegos que de pronto se improvisaron y tomando fotos para el recuerdo.
Al final se nos invitó un delicioso café de olla preparado por los anfitriones y concluyó el convivio, nos retiramos para trasladarnos a Tapalpa a pasar la noche en los hoteles que previamente se habían hecho las reservaciones, no sin antes hacer un recorrido por la plaza y continuar con el ambiente del grupo y algunos continuar la parranda con un gran ambiente.
Al siguiente día domingo 23 de abril, amanecimos en Tapalpa, tranquilos y relajados, algunos desvelados con los deseos de disfrutar un rico desayuno por lo que salimos a buscar por el mercado o en algún restaurante, que de hecho hay mucho para escoger, encontrando los platillos que más nos apetecían.
El regreso a Guadalajara fue partir de las 12:00 hrs., igual con un gran ánimo, después de haber convivido y compartido grandes momentos entre grandes amigos, con mucha cordialidad, compañerismo y sobre todo mucha familiaridad por la presencia de nuestras bellas esposas.
Para culminar el viaje, ya de regreso hubo la iniciativa del compañero Guillermo Sahagún Baltazar de llegar a comer una deliciosa birria a la Birrieria Acatlán, por cierto muy rica y muy sabrosa y un lugar muy agradable.
Regresamos al punto de donde partimos, a las 3:30 p.m. todos felices y todos contentos, despidiéndonos como siempre como grandes amigos, con el ánimo muy en alto y con el firme deseo de continuar afianzando los fuertes lazos de amistad que nos unen como la G 10.
Hasta la próxima convivencia que será el 6 de mayo en Cuisillos con nuestro amigo Efrén Camacho.
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