Las enfermedades de transmisión alimentaria abarcan un amplio espectro de dolencias y constituyen un problema de salud pública creciente en todo el mundo. Se deben a la ingestión de alimentos contaminados por microorganismos o sustancias químicas. La contaminación de los alimentos puede producirse en cualquier etapa del proceso que va de la producción al consumo de alimentos («de la granja al tenedor») y puede deberse a la contaminación ambiental, ya sea del agua, la tierra o el aire.
Los alimentos inseguros son una amenaza para la salud humana y las economías, que afectan de manera desproporcionada a las personas vulnerables y marginadas, especialmente las mujeres y los niños, las poblaciones afectadas por conflictos y los migrantes. También daña el comercio mundial, lo que conduce a un mayor desperdicio de alimentos.
Actualmente existes 2 millones de personas que mueren al año por casos relacionados a enfermedades de transmisión alimentaria. Solo el 80% de los casos, corresponde a menores de 5 años, lo que la coloca en la mira en materia prevención y control de la salud humana
Las enfermedades de transmisión alimentaria abarcan un amplio espectro de dolencias y constituyen un problema de salud pública creciente en todo el mundo. Se deben a la ingestión de alimentos contaminados por microorganismos o sustancias químicas. La contaminación de los alimentos puede producirse en cualquier etapa del proceso que va de la producción al consumo de alimentos («de la granja al tenedor») y puede deberse a la contaminación ambiental, ya sea del agua, la tierra o el aire.
La manifestación clínica más común de una enfermedad transmitida por los alimentos consiste en la aparición de síntomas gastrointestinales, pero estas enfermedades también pueden dar lugar a síntomas neurológicos, ginecológicos, inmunológicos y de otro tipo. La ingestión de alimentos contaminados puede provocar una insuficiencia multiorgánica, incluso cáncer, por lo que representa una carga considerable de discapacidad, así como de mortalidad.
Principales agentes etiológicos de las enfermedades de transmisión alimentaria
Bacterias:
Listeria. Puede provocar bacteriemia y meningitis, y suele propagarse por el consumo de hortalizas crudas, alimentos listos para el consumo, carnes procesadas, pescado ahumado o quesos blandos contaminados.
Brucella. Suele transmitirse a través de la leche no pasteurizada o el queso fabricado con leche de cabras u ovejas infectadas. Puede provocar fiebre, dolor muscular, artritis grave, fatiga crónica, síntomas neurológicos y depresión.
Vibrio cholerae. Se transmite a través de alimentos contaminados. Causa diarrea acuosa que puede ser mortal en pocas horas si no se trata.
Virus:
Virus de la hepatitis A. Se transmite por alimentos contaminados por heces de personas infectadas. Causa ictericia, náuseas, anorexia, fiebre, malestar y dolor abdominal.
Parásitos:
Toxoplasma gondi. Causante de la toxoplasmosis, se transmite a través de carne poco cocinada o cruda y productos frescos. Produce pérdida de visión y afecciones neurológicas.
Taenia solium (tenia del cerdo) puede provocar quistes en el cerebro (cisticercosis), que es la causa prevenible de epilepsia más frecuente en todo el mundo.
Echinococcus. Puede infectar a humanos a través de alimentos contaminados por heces de perro o zorro y provocar la formación de quistes en el hígado, los pulmones y el cerebro.
Clonorchis sinensis (trematodo de Asia Oriental) se suele contraer por el consumo de pescado crudo o incorrectamente procesado o cocinado, y puede provocar inflamación y cáncer en los conductos biliares.
Productos químicos y toxinas:
La aflatoxina es producida por un moho que crece en el grano almacenado inadecuadamente, y puede provocar cáncer hepático, uno de los cánceres más letales.
Cianuro. Puede estar presente en la yuca (mandioca) procesada inadecuadamente.
¿Cómo nos enfermamos?
En general, no podemos atribuir la aparición de las ETA a causas individuales, sino que debemos pensarlas como producto de una multicausalidad:
Existen diversas cadenas de transmisión de ETA, que involucran distintos factores de contaminación. A continuación, mostramos dos posibles ejemplos de transmisión por agua contaminada y por manos sucias, y cómo podemos evitarlas:
El día 28 de junio se conmemora el Día Mundial del Árbol, el cual fue instaurado por el Congreso Forestal Mundial realizado en la ciudad de Roma en el año 1969. El objetivo principal de celebrar esta fecha es recordar y destacar la enorme importancia que los árboles tienen en nuestra vida y en la conservación del Medio Ambiente, creando, de este modo, conciencia sobre el cuidado de los recursos provenientes de esta fuente natural.
Los arboles aportan oxígeno, absorben malos olores y agentes contaminantes, son fuente de alimento para los seres humanos, los animales, y otros organismos vivos, colaboran en refrescar los veranos, nos protegen del sol y por ende de las enfermedades que este provoca, filtran y reducen la velocidad del viento, son fuente de recursos económicos, permiten la obtención de materias primas fundamentales como la madera y el papel.
Fuentes de oxígeno y nutrición para el suelo
Rotundamente despliegan un rol clave y a favor de la protección del medio ambiente a través del proceso de la fotosíntesis que proporciona gran parte del oxígeno que necesitan los seres vivos para vivir, y al mismo tiempo, su capacidad de eliminar el dióxido de carbono, letal para seguir aumentando el calor de la atmósfera.
Son los protectores por excelencia de otra parte sustancial de nuestro planeta como es la superficie del suelo, porque sus ramas y hojas, naturalmente preparadas para ello, reducen el impacto de la erosión a causa de las precipitaciones, y además permiten que el agua de lluvia penetre profundamente en él nutriéndolo.
En lo que respecta a la alimentación, existen una gran cantidad de especies hervíboras que aprovechan sus frondosos ramajes para poder alimentarse correctamente, inclusive muchas de ellas que son Trepadoras los utilizan como hábitat natural, además de las aves y otros animales que pueden utilizar a los árboles como hogar y refugio, mediante el armado de los nidos que justamente, son construidos en base a ramas y hojas.
Transmisores de paz y naturaleza
Y como si no fuese suficiente con toda esta actividad que despliegan de manera incesante a lo largo de su vida se les adjudica ser capaces de reducir los niveles de violencia de las personas, de bajar los niveles de estrés, y de curar algunas enfermedades conductuales y psíquicas por su directa asociación con la naturaleza y la paz de los campos donde proliferan.
Como podemos apreciar su importancia en la vida del planeta es fundamental, sin embargo y lamentablemente, no está acompañada por un comportamiento humano acorde y en sintonía con colaborar en su preservación.
Salvemos y cuidemos a los árboles: tratándolos con amor y respeto
Uno de los problemas más graves que enfrentan los árboles son los incendios accidentales o provocados por el hombre.
Proliferan cada día las malas noticias sobre incendios que terminan con la existencia de zonas con frondosos y añejos árboles que no se recuperarán jamás y que por supuesto sacuden el equilibrio de dichos espacios.
Por otra parte, la tala indiscriminada motivada por el afán comercial de lograr madera, las plagas, y las intervenciones que se efectúan sobre el suelo para incrementar la producción agro ganadera son otras problemáticas que acechan la salud y supervivencia de nuestros árboles.
Cuidar los que existen y plantar nuevos es un excelente aporte y una efectiva estrategia que podemos implementar para cuidar el planeta de los grandes flagelos que lo vienen afectando: contaminación, cambio climático, efecto invernadero, entre otros.
Ahora bien, por más que plantemos más árboles, pero al mismo tiempo no cuidemos los que existen, la contribución no tendrá un resultado positivo ni mucho menos, debemos resolver el déficit natural e intencional con una acción integral: cuidar los que existen y plantar nuevos donde haga falta.
7 Razones por las que los árboles ayudan al ecosistema
Los pronósticos sobre los mercados para el próximo decenio sugieren que una “revolución agrícola digital” será el cambio más novedoso que podría ayudar a conseguir que la agricultura satisfaga las necesidades de la población mundial en el futuro.
“El futuro de la agricultura no será intensivo en insumos sino en tecnología”, pronosticó recientemente José Graziano da Silva, director general saliente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación –FAO–, en un simposio internacional sobre la transformación digital de la agricultura (agricultura inteligente) que la entidad llevó a cabo en Roma.
En el sector de la agricultura y la alimentación, la difusión de las tecnologías móviles, los servicios de teledetección y el procesamiento distribuido ya están mejorando el acceso de los pequeños productores a la información, los insumos, los mercados, la financiación y la capacitación. Las tecnologías digitales (agricultura inteligente) están creando nuevas oportunidades para integrar a los pequeños agricultores en un sistema agroalimentario de base digital (USAID, 2018).
En todos los ámbitos de los agronegocios, la innovación está permitiendo a los agricultores ser más eficientes para producir más granos, al tiempo que administran mejor los insumos y cuidan mejor el ambiente
Los últimos años han sido una tendencia en toda la agroindustria, dejar de mirarse el ombligo para ver cuánto más producía, y empezar a fijarse también en el impacto que deja el camino productivo. Así, se empezó a hablar de huellas ambientales y trazabilidad.
En este derrotero, ha sido de gran ayuda la impronta tecnológica en pos de la recolección de datos que aportan las maquinarias agrícolas pero también poderosos software que procesan esos datos de interés para convertirlos en información que llega en bandeja a los tomadores de decisiones para convertirlas en dinero.
Así, se puede mencionar que las cosechadoras han ido aumentando su ancho de labor y su potencia, pero las principales innovaciones que han presentado los fabricantes de todo el mundo están vinculadas a un ajustado paquete de agricultura de precisión y gestión de datos.
Hasta hace unos años parecía ciencia-ficción, pero hoy es moneda corriente que el dueño de una cosechadora o una flota de maquinarias (sean tractores, sembradoras, cosechadoras o pulverizadoras), puede saber dónde está esa máquina y qué está haciendo en tiempo real desde su teléfono inteligente o tableta.
También están subidas a la ola tecnológica las pulverizadoras, que hoy están en la mira de la sociedad porque son los que sirven para aplicar productos fitosanitarios que permiten proteger a las plantas de plagas y enfermedades.
Muchas cuentan con un semáforo (literal) que, a partir de una colorimetría similar a la utilizada para ordenar el tránsito, advierte si, de acuerdo con las condiciones climáticas (viento, humedad relativa, temperatura) se puede hacer o no la aplicación.
Esto tiene dos beneficios: por un lado, el ambiental, porque si no están dadas las condiciones el producto se vuela e irá a parar a poblados o campos vecinos. Pero por otro, porque si se “vuela” hacia otro destino, no estará cayendo como debería en donde el productor lo necesita por lo que será, literalmente, plata tirada a la basura.
Las propias pulverizadoras a partir de una lectura inteligente con sensores en sus “alas aplicadoras”, pueden hacer una aplicación selectiva de herbicidas, esto es, tirar producto sólo donde hay problemas, o sea, malezas. Con esto se han visto ahorros de hasta 80% de producto, con el consiguiente beneficio económico y ambiental.
En el caso de las sembradoras, tampoco se quedan atrás. Porque han incorporado tecnología para hacer una especie de servicio “puerta a puerta” de la semilla. Hoy, el productor puede saber si cada una de las 55.000 semillas por hectárea que está implantando (por ponerle un número a la densidad), fue sembrada a la distancia y profundidad deseada, al tiempo que conoce densidad del suelo, temperatura y humedad (factores clave para la germinación posterior).
Toda esta información, desde que se planta una semilla hasta que está puesta en el camión o en una bolsa plástica (o silobolsa) para guardarla esperando el momento de venta, vale oro, y permite ahorrar mucho dinero, pero también permite a los que trabajan bien, demostrarlo. Es una especie de certificado.
Ahora bien, como último eslabón hay que hablar de la capacitación para entender mejor cómo funcionan todas estas innovaciones y usarlas al cien por ciento. En esto están trabajando las empresas de insumos (que recomiendan cómo hacer el uso de sus productos) y las de maquinaria, a través de videos, charlas, capacitaciones on line y todo lo que puedan echar mano.
Aspectos a considerar para elegir la mejor capacitación
Al existir en la actualidad una gran oferta de eventos de capacitación agrícola y transferencia de tecnología, la pregunta que salta a la vista es la siguiente: ¿qué aspectos se deben considerar para elegir una u otra institución de capacitación agrícola?, la respuesta a esta cuestión es un tanto compleja, debido a que se deben considerar varios aspectos antes de elegir la mejor opción. En adelante se explicarán algunos puntos que pueden servir para una adecuada elección:
Experiencia y prestigio de la institución.
Un punto importante a considerar antes de elegir cualquier institución de capacitación, es sin duda su trayectoria, prestigio y experiencia en la organización de eventos de calidad. Esto puede averiguarse al solicitar referencias a personas que hayan asistido a los eventos organizados o directamente a la institución, ya sea mediante su web, redes sociales o vía telefónica.
Oferta y contenido de los eventos.
Los eventos que ofrezca la institución deben estar orientados a resolver los problemas que enfrenta la agricultura en las diversas áreas que la componen. Asimismo, los temas que se aborden encada uno de ellos tienen que ser actuales, innovadores, precisos, prácticos, y sobretodo, deben cubrir la necesidad de quien asiste a ellos.
Contenido de las ponencias.
Las ponencias del evento deben tener un contenido meramente técnico-práctico; sin hacer alusión a ningún producto, marca o empresa comercial. En ellas se deben proporcionar las herramientas y metodologías que ayuden al asistente a formar un criterio en su toma de decisiones para resolver los problemas a los que se enfrentan en el campo.
Calidad de los ponentes. Es indispensable que los ponentes o expositores cuenten con prestigio y/o experiencia en el tema que exponen durante el evento; además de tener la habilidad de trasmitirlo en términos prácticos y sencillos para su aplicación inmediata en campo, así como resolver dudas o problemas que enfrenten los asistentes. Contar con el resumen de la trayectoria de los ponentes ayudará a dimensionar su calidad y permitirá definir la pertinencia de asistir al evento en el que se presentará.
Profesionalismo de la institución.
Las personas que integran la organización al evento deben ser muy profesionales con su trabajo y en todo momento a apoyar a quien asiste, para hacer de ello una grata experiencia en todos los sentidos. De igual manera, los procesos para la inscripción y asistencia deben siempre ser acompañados y detallados para hacer todo el proceso más sencillo, con la finalidad de que la única preocupación del asistente sea la de aprender.
Área comercial. Los eventos que organice la institución pueden o no tener un área comercial, ya que el evento puede servir como un punto de encuentro entre el sector productivo y comercial. Pero en ningún punto se debe tener inclinación por alguna empresa o marca comercial, además de que deben interferir con el desarrollo normal del evento y su contenido técnico.
Adaptabilidad e innovación. En la actualidad una institución de capacitación agrícola debe adaptarse a los requerimientos de los propios clientes y a las nuevas tecnologías, es decir, en caso de requerir una capacitación personalizada (empresas, agrícolas o particulares) deberá de ser capaz de organizar un evento que se ajuste a las necesidades del cliente, con los ponentes de mayor calidad. Por otro lado, también debe de utilizar las nuevas herramientas tecnológicas a su alcance para lograr un mayor alcance dentro y fuera del país en el que opera, con el propósito de capacitar a más personas.
Mejora constante. Como institución de capacitación, debe tener la capacidad de mejorar la organización y calidad de sus eventos día con día para ofrecer un servicio de calidad que, permita a quien asiste aprender de la manera más práctica posible y con el mayor confort.
Costo/Beneficio. Muchas personas, incluso empresas, consideran que la capacitación es un gasto y no una inversión, siendo que esta formación teórica-práctica les podría traer múltiples beneficios como son: reducción en la curva de aprendizaje; reducción de errores, accidentes o pérdidas de su producción; conocimiento de nuevas innovaciones y aplicaciones prácticas para mejorar la productividad; relaciones interpersonales con personas del medio productivo y comercial, entre otros.
Increibles maquinas modernas hechas para la agricultura
La Inocuidad se define como la característica que garantiza que los alimentos que consumimos no causan daño a nuestra salud, es decir, que durante su producción se aplicaron medidas de higiene para reducir el riesgo de que los alimentos se contaminen con:
Residuos de plaguicidas
Metales pesados
Agentes de tipo físico que puedan causar una lesión al momento de consumir un alimento
Microorganismos como E coli, Salmonella spp o Listeria monocytogenes, que pueden enfermar a los humanos.
La insalubridad de los alimentos ha representado un problema de salud para el ser humano desde los albores de la historia, y muchos de los problemas actuales en esta materia no son nuevos. Aunque los gobiernos de todo el mundo se están esforzando al máximo por aumentar la salubridad del suministro de alimentos, la existencia de enfermedades de transmisión alimentaria sigue siendo un problema de salud significativo tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
Se ha calculado que cada año mueren 1,8 millones de personas como consecuencia de enfermedades diarreicas, cuya causa puede atribuirse en la mayoría de los casos a la ingesta de agua o alimentos contaminados.
Una preparación adecuada de los alimentos puede prevenir la mayoría de las enfermedades de transmisión alimentaria.
¿Cuál es el problema?
Todos los días, personas de todo el mundo enferman por los alimentos que comen. Estas enfermedades se denominan “enfermedades de transmisión alimentaria” y son causadas por microorganismos peligrosos y/o sustancias químicas tóxicas.
La mayoría de las enfermedades de transmisión alimentaria se pueden prevenir con una manipulación apropiada de los alimentos.
Enfermedades de transmisión alimentaria:
son un problema tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo;
suponen un lastre para los sistemas de atención de la salud;
afectan gravemente a lactantes, niños pequeños, ancianos y enfermos;
crean un círculo vicioso de diarrea y malnutrición; y
perjudican la economía y el desarrollo de los países y el comercio internacional.
¿Qué son los microorganismos?
Los microorganismos son seres vivos muy pequeños, tanto que son invisibles al ojo humano. Hay tres tipos diferentes de microorganismos: buenos, malos y peligrosos.
Los microorganismos buenos son útiles:
están presentes en el proceso de elaboración de ciertos alimentos y bebidas (por ejemplo, el queso, el yogur, la cerveza y el vino);
se utilizan en la fabricación de medicinas (como la penicilina); y
ayudan a digerir los alimentos en el intestino.
Los microorganismos malos, o microorganismos de alteración, no suelen provocar enfermedades a las personas, pero pueden hacer que los alimentos huelan y sepan mal y tengan un aspecto repulsivo.
Los microorganismos peligrosos causan enfermedades a las personas y pueden incluso matar. Se denominan “patógenos”. La mayoría de ellos no altera el aspecto de los alimentos.
Los microorganismos son tan pequeños que haría falta 1 millón de ellos para llenar el espacio que ocupa una cabeza de alfiler.
Ejemplos de microorganismos son las bacterias, los virus, las levaduras, los mohos y los parásitos.
El olor, el sabor y la apariencia de los alimentos no son indicadores fiables de su inocuidad. Algunos microorganismos de alteración cambian efectiva- mente el aspecto de los alimentos y son peligrosos. Un ejemplo es el moho verde que aparece sobre el pan, que puede producir toxinas.
Algunos de los microorganismos de transmisión alimentaria peligrosos más comunes son:
Bacterias – Salmonella, Shigella, Campylobacter y E. coli;
Parásitos – Giardia, Trichinella; y
Virus – Hepatitis A, Norovirus.
¿Dónde viven los microorganismos?
Los microorganismos se encuentran en todas partes, pero sobre todo en:
las heces;
la tierra y el agua;
las ratas, los ratones, los insectos y otros animales molestos;
los animales domésticos, marinos y de granja (como perros, peces, vacas, gallinas y cerdos); y
las personas (vísceras, boca, nariz, intestinos, manos, uñas y piel).
Las heces de personas y animales contienen microor- ganismos que provocan enfermedades.
Una sola cucharilla de tierra contiene más de mil millones de microorganismos. Todos los seres vivos tienen microorganismos asociados a ellos.
Los animales portan microorganismos en sus patas, boca y piel.
En cada centímetro cuadrado de piel humana hay una media de 100.000 bacterias.
¿Cómo se desplazan los microorganismos?
Los microorganismos dependen de alguien o algo para desplazarse. La transferencia de microor- ganismos de una superficie a otra se denomina “contaminación”.
Las manos son uno de los vehículos más habituales con que se desplazan microorganismos de un lugar a otro.
Los microorganismos pueden transmitirse a través de alimentos o agua contaminados.
Las mascotas y los animales domésticos también pueden ser una fuente de contaminación.
Si un manipulador de alimentos está infectado por un virus y continua preparando comida, algunos virus pueden pasar al consumidor a través de ella. La hepatitis A y el norovirus son ejemplos de virus que pueden transmitirse de esta forma.
Las zoonosis son enfermedades transmisibles causadas por microorganismos transmitidos de animales a seres humanos. La gripe aviar y las infecciones por E. coli 0157 son ejemplos de zoonosis. La gripe aviar puede transmitirse a las personas mediante el contacto directo con una ave infectada o con objetos contaminados por sus heces.
¿Cómo crecen los microorganismos?
La mayoría de los microorganismos “crece” por multiplicación. Para multiplicarse, los microorganismos necesitan:
comida;
agua;
tiempo; y
La carne, el pescado, el arroz y la pasta cocidos, la leche, el queso y los huevos son alimentos que proporcionan las condiciones ideales para el crecimiento microbiano.
Una bacteria puede duplicarse en tan sólo 15 minutos. Esto significa que, en 6 horas, 1 bacteria puede multiplicarse hasta superar los 16 millones.
Para ser nocivas, algunas bacterias tienen que alcanzar altos niveles de concentración. Otras bacterias pueden provocar enfermedades aun estando presentes en un número muy reducido.
Muchos virus son más pequeños que las bacterias. No crecen en los alimentos o el agua, pero éstos son vehículos para su transmisión.
¡Usted puede hacer algo!
Impida que los microorganismos le infecten a usted y a otras personas cumpliendo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos:
Mantenga la limpieza;
separe alimentos crudos y cocinados;
cocine completamente;
mantenga los alimentos a temperaturas seguras; y
use agua y materias primas seguras.
Es muy importante seguir las cinco claves para la inocuidad de los alimentos, ya que una manipulación adecuada de éstos es clave para prevenir las enfermedades de transmisión alimentaria.
Estos mensajes constituyen información básica y deberían trasladarse a todos los auditorios.
En algunos países puede ser necesario tratar la cuestión del uso de agua y materias primas salubres antes de presentar las cinco claves para la inocuidad de los alimentos.
OMS: Las cinco claves para la inocuidad de los alimentos
Fuente: OMS (2007), “Manual sobre las cinco claves para la inocuidad de los alimentos”