Si bien es cierto que la SAGARPA ha basado sus planes de actuación en las orientaciones estipuladas en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, también es cierto que las políticas públicas para el desarrollo del campo han sido hasta el momento de corte general, esto es, no se aplica una tipología de productores que distinga entre grupos con diferente infraestructura y capacidades productivas, tal y como lo requiere un verdadero proyecto de Desarrollo Rural Sustentable.
Lo anterior sucede a pesar de que se es consciente que cuando menos hay tres tipos o grupos de productores; los de autoconsumo que son la mayoría 73% o casi 4 millones de unidades productivas rurales, los productores con pequeños excedentes o de transición, que se basan en la agricultura familiar y suman 18% o casi 1 millón de unidades productivas rurales y los productores comerciales que constituyen menos de medio millón de unidades productivas rurales, que se caracterizan por tener alta dotación de capital, elevados niveles de producción y productividad con superficies de más de 140 hectáreas, principalmente de riego, su comercio es a gran escala y atienden la demanda nacional e internacional de productos agroalimentarios, además reciben la mayor parte de los apoyos del sector público para el fomento productivo, según el informe de la “Propuesta de políticas públicas para el desarrollo del sector rural y pesquero en México” realizado en la gestión de Enrique Martínez y Martínez en coordinación con la FAO y su representante en México Nuria Urquía Fernández.
Si a la situación anterior agregamos que no fue posible llevar a cabo la tan anunciada reforma al campo y el desgaste presupuestal que deja a la SAGARPA con un raquítico presupuesto de poco mas de 35,000 millones de pesos que representa menos del 40% del ejercido en 2015 que fue de 92,000 millones de pesos, entonces es doblemente recomendable programar este presupuesto de manera muy específica y certera, esto es, dar tiros de precisión para atender la problemática del campo mexicano.
Es necesario convocar a los liderazgos del sector rural tanto de asociaciones reconocidas por su gestión productiva, como organizaciones de productores realmente representativas y desde luego al sector académico- educativo de México para replantear el modelo de desarrollo económico del campo que pueda hacer factible un verdadero desarrollo rural sustentable a través de nuevas políticas públicas que atiendan las necesidades y aspiraciones de los habitantes del campo y además contribuyan a recuperar la estructura productiva, impulsar la comercialización, desarrollar sistemas de financiamiento para cada sector y atención a las demandas de tecnología manifiestas todo con el fin de incrementar la eficiencia y la competitividad tanto de los productores independientes como de las cadenas agroalimentarias.
Es pues urgente convocar a este encuentro de análisis y reflexión para imaginar los escenarios que permitan al campo mexicano su desarrollo económico a través de políticas diferenciadas para cada tipo de grupo de productores en diferentes escalas e intensidades que marquen las circunstancias regionales, solo así habrá una respuesta congruente a la problemática del campo mexicano, no es posible seguir aplazándola.
Completamente de acuerdo con tu opinión y llamado a revizar las politicas que atañen y afectan a un verdadero desarrollo rural. Creo en lo particular que no se deben considerar solo tres tipos de productores en cuanto a su superficie, sino tambien considerar su variable fisiografica asi como su disponibilidad de recursos hidricos, climaticos, economicos y costumbres.