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El espíritu de Procampo

Cuando se habla del espíritu de algo, se habla de su esencia, así entonces el espíritu sobrevive a la materia precisamente por su esencia.

El Procampo nace como dentro del marco del TLCAN a finales de 1993 como contribución al ingreso de los productores rurales, El apoyo consiste en la entrega de dinero en efectivo por cada hectárea sembrada y registrada en el Programa.

La premisa original era inducir la modernización del campo mexicano, aunque el apoyo es tan exiguo que difícilmente se alcanzaría tan caro objetivo.

En sus inicios el programa apoyó una superficie de casi 14 millones de hectáreas en el periodo 1994-1996; sin embargo, en el transcurso de 16 años, dicha superficie se redujo a poco menos de 12 millones de hectáreas en el periodo 2007-2009, lo mismo ocurrió con el número de productores atendidos que en el mismo periodo pasó de 3.295 millones de productores beneficiados a 2.121 millones de acuerdo a datos consignados en informes de gobierno presidenciales de 2001 y 2009 respectivamente.

Los subsidios del Procampo actualmente son por el orden de 960 pesos por hectárea en predios menores a las cinco hectáreas y de 1,360 pesos en los de mayor tamaño. Esta condición favorece claramente a los productores con superficies mayores y es un apoyo directo para sufragar parte de los costos de producción, más o menos el 10% del costo de siembra del maíz.

En Jalisco este año se entregaron aproximadamente 1,000 millones de pesos a repartirse entre alrededor de 120,000 beneficiarios que se encuentran inscritos en el programa.

Para estar inscrito en el programa es necesario que los productores demuestren plenamente la propiedad del terreno a través de documentos originales que avalen la legítima posesión de las tierras beneficiadas con los subsidios, como las escrituras en caso de propiedades privadas, o los títulos legales correspondientes, en los casos de terrenos ejidales o de comunidades indígenas.

Al principio el gobierno anunció que la vigencia del Programa sería de 15 años; sin embargo, en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 se menciona que continuará hasta el final del sexenio actual mejorando su operación y eficiencia.

Si se considera que el Procampo pretendía atenuar los impactos de la apertura comercial sobre todo en el caso de los productores de maíz y que los aranceles que gradualmente se iban reduciendo año con año dejaban su lugar a una supuesta estructura productiva que también gradualmente al paso de los años se iba fortaleciendo, entonces podemos considerar que el objetivo no se cumplió.

En 2008 los aranceles desaparecieron totalmente y Procampo debería haber corrido la misma suerte pero como la estrucrura productiva no se ha fortalecido ni la reconversión productiva, que era otro de los objetivos de Procampo, se logró, pues solo el 5.7% de los participantes en el programa cambió a otro cultivo, entonces Procampo continúa y con visos de eternizarse pues si se retirara en este momento seguramente la estructura productiva se resquebrajaría.

Se estima que la desaparición de Procampo significaría un ahorro de $ 15,478 millones de pesos y aunque se considera que la producción de maíz se reduciría en poco más de 2 millones de toneladas, con esos recursos se podrían comprar 4.7 millones de toneladas, sin embargo, el problema social en el campo y la dependencia alimentaria se acercarían peligrosamente al punto de no retorno y convulsionarian al actual modelo de desarrollo económico haciéndolo aún más fragil.

Adicionalmente el Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) se considera que ha permitido que los consumidores nacionales tengan acceso a alimentos más baratos, sin embargo, esto no siempre se cumple principalmente porqué muchos de los productores reciben el apoyo mucho después de la siembra, el monto de de Procampo ha venido disminuyendo en términos reales debido a la inflación y un buen número de productores gasta el subsidio en otras actividades ajenas a la producción agrícola.

El campo necesita capitalizarse urgentemente para recuperar y hacer más eficiente su estructura productiva, mientras esto no ocurra no se puede esperar que sea competitivo y menos en el marco del TLCAN, si no actuamos pronto solo quedará el espíritu de Procampo

chavamena@hotmail.com

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