El Camino Real de Colima fue por casi 300 años la principal vía de comunicación desde Manzanillo hasta Guadalajara. Su creación data del año 1650 cuando el antiguo camino indígena ya existente fue ampliado por órdenes del virrey para dar paso a las carretas, carruajes y diligencias. De esta manera se iniciaron los asentamientos de españoles en las comarcas de Sayula, Zapotlán y Colima.
En 1786 el rey Carlos III ordeno el empedrado de todos los caminos reales de la nuevas España en sus puntos más transitados por lo que en nuestra región fue empedrado el camino desde Sayula hasta Zapotlán posteriormente los hacendados de Huescalapa y el Rincón empedraron este camino hasta Zapotiltic por tener alto paso de diligencias, cargas y personas.
El camino de Zapotlán al mesón de Atenquique, se convirtió en la zona más peligrosa por los robos y pillaje en todo este
trayecto. Debido a esto las cargas de valor se hizo frecuente el transporte de oro dentro de cocos de agua cuando venían de Colima, cada coco transportaba un kg de oro por lo que con un racimo era suficiente para llevar toda una fortuna, una vez hecha la ranura y metidas las monedas al coco este se rellenaba de una pasta de trigo, al endurecerse como engrudo sellaba la ranura y solidificaba el interior para evitar q sonaran.
En 1795 tuvo lugar un gran asalto a una caravana en la zona boscosa frente a lo que hoy es Agro González, se sabía que el pago de impuestos de Colima al virrey venia en una caravana custodiada por soldados pero antes de salir esta zona fueron emboscados por una gavilla de bandidos que se ocultaban en el volcán, los soldados resistieron para tratar de repeler el ataque sin embargo abandonaron a su suerte la diligencia al verse superadas sus bajas, los bandidos arrebataron cuantioso botín, de este hecho fue culpado por primera vez de manera oficial al bandido Vicente Colombo según data el reporte de este robo en la ciudad de Colima.
En el año de 1830 se realiza el primer censo en un punto intermedio que era Zapotlán, y se llegó a estimar un movimiento anual de mil cargas dobles hacia Guadalajara, este camino casi coincide con la actual carretera federal libre. El camino pasaba por los siguientes poblados: Colima, El Trapiche, Cuauhtémoc, Alcaraces, Quesería, Tonila, San Marcos, Las barrancas de Beltrán y Atenquique, Tuxpan, Zapotiltic, Zapotlán, Sayula, Zacoalco, Acatlán y Gdl llegando a funcionar diligencias con excepción del tramo de las barrancas. De esta manera el comercio y agricultura florecía en el sur de Jalisco.
Se hizo común en este camino real observar ahorcados colgados de los arboles ya que desde 1810 hasta 1930 el país siempre estuvo en guerras, los mismos arrieros que transitaban estos caminos eran quienes bajaban los ahorcados y los enterraban a un lado del camino por respeto al occiso pues sabían que ellos también corrían el mismo riesgo al transitarlo. De ahí salió el dicho “arrieros somos y en el camino andamos”.
El 22 de enero de 1915 el costado del camino real a la altura de la cuesta de Sayula fue escena de la muerte de más de 600 personas en el descarrilamiento del tren más fatídico del país, se apilaron todos los cadáveres en una pequeña barranca, se bañaron de chapopote y se incineraron y a menos de un mes el mismo lugar el 18 de Febrero 1915 el camino real se volvió intransitable por tantos cadáveres tirados a lo largo de la cuesta y en las lomas aledañas, contabilizados en 10,000 cuerpos por la batalla de Pancho Villa con tropas federales. por lo que de Sayula y Zapotlán se organizaron los ayuntamientos para llevar cuadrillas de campesinos de las haciendas y ranchos cercanos para retirar tal cantidad de cuerpos. Se tomaban bajíos naturales del terreno para apilar la mayor cantidad posible para después cubrirlos con cal y tierra. Los más alejados del camino no fueron enterrados por lo que por varios meses este tramo se volvió tétrico y pestilente. Aun hoy esta zona del camino se dice que se ven y escuchan cosas paranormales, puesto que en este lugar descansan cerca de 10,600 cuerpos.
También es famoso el número de tesoros enterrados descubiertos a lo largo del camino real, en Zapotiltic (calle Hidalgo con el cruce de la barranca), El lindero (cerca del cruce de calle Jiménez), Huescalapa (Cuauhtémoc al cruce con Fco. Villa), Zapotlán (al lado de la puerta de cadenas) y cuesta de Sayula (al cruce con la autopista), por mencionar algunos donde varias familias aun gozan de buen nivel económico gracias a estos entierros descubiertos. Fue muy mencionado en la creación de la carretera libre Gdl – Colima a la altura de 4 caminos y el cruce con el camino real antes de llegar a Atenquique el famoso baúl de oro que destapo una máquina, en este caso se supo que todo el dinero fue recogido por personal del gobierno que realizaba esta carretera.
Debido a estos entierros de dinero se les conoció en la época como “bandidos ardilla” ya que tomaban lo suficiente para vivir
en lo que robaban nuevamente y enterraban el resto, debido a su condición de bandoleros poco tiempo duraban con vida y no existían muchas cosas como ahora en lo que pudieran derrochar tanto dinero. Entre los más famosos por fechas se encuentran Martin Toscano, Vicente colombo, Vicente “El Indio” Alonso, Pedro Zamora, y Bernabé Reyes.
En el año de 1908 Porfirio Díaz inaugura el ferrocarril Gdl – Colima con ello se inicia una nueva etapa en el trasporte de personas ya que en su mayoría ahora viajarían en tren distancias largas, las cargas de mulas y burros siguieron aún en auge durante más tiempo hasta cerca de la década de 1940 por sus bajos costos y la posibilidad de comercializar productos en todos los poblados del camino real.
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