Agronomos Generales El papel de la mujer campesina

El papel de la mujer campesina

 

Por: Ing. Salvador Mena

El papel de la mujer en vida rural de México siempre ha sido fundamental desde las famosas Adelitas de la revolución mexicana que acompañaban a sus hombres para atenderlos en todas sus necesidades hasta las valientes mujeres campesinas que son la base de las familias rurales mexicanas, su misión inicia diariamente desde muy temprano pues ellas se levantan antes que sus cónyuges para prepararle los alimentos, también realizan actividades de manera constante tanto en su casa como en su parcela durante las 12 horas promedio que dura su jornada. Mientras que ellos, aunque trabajan de manera intensa en el día, al llegar a su casa y pueden descansar.

La invisibilidad del trabajo femenino rural en los censos poblacionales las ubica a la mayoría como “amas de casa”, como población económicamente inactiva.

Pero en la práctica ellas realizan innumerables actividades productivas, reproductivas, adaptativas y se constituyen en verdaderos agentes de cambio.

Las mujeres campesinas han desempeñado siempre un papel importante en agricultura, al desarrollar una amplia gama de actividades relacionadas con la producción alimentaria, el procesamiento y la comercialización.

Las mujeres son recolectoras de agua, leña, forraje, además poseen conocimientos sobre plantas medicinales y técnicas de conservación de suelo; y siempre han mostrado un liderazgo natural en la organización de sus comunidades.

La participación de las mujeres en la producción alimentaria de México cada vez ha sido de mayor relevancia pues mientras que 1984 sólo 15% de los ejidatarios eran de sexo femenino y la mayoría habían adquirido sus derechos agrarios por herencia. Para 2007 según datos del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos PROCEDE el 24.7% de la tierra ejidal estaba en manos de mujeres y en la actualidad la cifra se ha elevado a 38% según datos del INEGI todo esto ha sido consecuencia.

El pequeño comercio es otra de las actividades de las mujeres campesinas para la generación de recursos económicos. Se presenta en diferentes modalidades: de abarrotes, productos agrícolas, aves de corral y artesanías, entre otros. En e l caso de la manufactura de artesanías, éstas son varias: canastas depalma, dulces típicos, textiles, entre otras. Muchas de las mujeres campesinas optan por diversificar sus ingresos mediante el desarrollo de actividades como  jornaleras.

En algún tiempo se pensó que la mujer campesina podría desarrollar pequeños proyectos agroindustriales que le dieran valor agregado a los productos primarios, al respecto es conveniente recordar que antes de la Ley Agraria de 1992, las dotaciones ejidales tenían la obligación de disponer de un espacio para el establecimiento de las Unidades Agrícolas Industriales para la Mujer para llevar a cabo proyectos productivos, educativos y de servicios impulsados por los grupos de mujeres organizadas.

Con la actual legislación, esta obligatoriedad fue eliminada. Lo que significa un retroceso en las alternativas de acceso a espacios productivos y organizativos para las mujeres. La pérdida de la obligación de asignar una parcela para las mujeres del poblado y dejarla a la libre decisión de la asamblea, conlleva el riesgo de una negativa y la pérdida de un derecho adquirido en la legislación anterior; al mismo tiempo, deja de lado el fomento organizativo como una propuesta de participación para las mujeres rurales.

Es necesario recuperar esos espacios productivos para las mujeres campesinas, afortunadamente en  la convocatoria 2016 de los programas operativos de la SAGARPA en el componente Arráigate se estableció un apartado b) para Agroemprendedoras textualmente dice “tiene como objetivo fomentar el empoderamiento de las mujeres rurales, capacitándolas en un sistema de formación personal, actividades productivas, de transformación y de negocio, identificando áreas de fortaleza y oportunidad donde se desarrollará un plan de autogestión para incrementar la productividad de sus unidades económicas rurales (UER).

Monto máximo por proyecto hasta $ 200,000 para al menos 10 beneficiarias. Para la participación de universidades en beneficio de las mujeres del campo.” Al respecto el titular de la SAGARPA José Calzada Rovirosa  precisó que el programa «El Campo en Nuestras Manos», impulsado hace dos años por la SAGARPA, se complementará con otros componentes de la dependencia para vincular a las mujeres en proyectos estratégicos, lo que significa un crecimiento de la producción y competitividad en el sector primario nacional.

En hora buena por estas iniciativas que son de elemental justicia en vísperas del día internacional de la mujer.

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