A pesar de su aparente hostilidad, el suelo es el hábitat de innumerables seres vivos. La mayoría de la biomasa viviente de nuestro planeta se alberga en el suelo
En el suelo se pueden encontrar una enorme cantidad de organismos diferentes, de tamaño y funciones muy variable. Son fundamentales para el desarrollo de la vida en el planeta, jugando un papel relevante en la formación y estructuración del suelo y en la movilización de nutrientes. Se han de conocer, pues, los agentes que viven y trabajan en el suelo, saber cuáles son sus acciones en el biotopo suelo y cómo el hombre puede intervenir para mantener y acrecentar la fertilidad de los suelos cultivados utilizando a los organismos edáficos en su favor.
A escala microscópica se encuentran bacterias, algas, protozoos y hongos. Subiendo la escala de tamaños encontramos nemátodos, artrópodos de pequeño tamaño, gusanos, a los que siguen lombrices de tierra, moluscos y artrópodos. Muchos de ellos realizan su ciclo biológico completo en el suelo, mientras que otros sólo son habitantes ocasionales, o en determinada fases.
Se calcula que el valor de los servicios ecosistémicos proporcionados por los seres vivos del suelo es de 17,1 billones de dólares por la formación de suelo y 2,3 billones por el reciclaje de nutrientes.
Figura 1: Organismos del suelo. Fuente: TECNUM (Universidad de Navarra)
Funciones de los organismos vivos del suelo
Cada tipo de organismo realiza una función específica. Algunos, como las algas, son fotosintéticas, otros, como las cianobacterias, son capaces de fijar nitrógeno atmosférico. Sin embargo, la mayoría de los organismos del suelo utilizan la materia orgánica o la mineral como fuente de nutrientes y energía.
Muchos están especializados en romper la materia orgánica de plantas y animales, dando substancias simples, inorgánicas, que pueden ser devueltas a la atmósfera o arrastradas con las aguas de drenaje o ser incorporadas al stock de reserva mineral o al complejo arcillo-húmico. Otros organismos establecen relaciones simbióticas con otros organismos vivos, como Rhizobium, cianobacterias, micorrizas, etc.
Para una buena gestión de los suelos es preciso conocer el hábitat y las costumbres alimentarias de los organismos que lo pueblan para favorecer el desarrollo de los organismos benéficos y reducir la actividad de los dañinos.
Figura 2: Efecto del laboreo en las poblaciones de bacterias del suelo. Fuente: Conservación de recursos naturales para la agricultura sostenible. FAO
Además de su papel en el ciclo de los nutrientes del suelo muchos organismos tienen funciones básicas para el mantenimiento de una buena estructura y del funcionamiento del suelo.
· Transportan fragmentos orgánicos y minerales, mezclándolos, facilitando la formación del complejo arcillo-húmico.
· Las galerías de las lombrices de tierra, topos, conejos y otros animales, cruzan los horizontes, facilitando el descenso de las raíces en profundidad y la aireación y el drenaje de los suelos.
Los microorganismos del suelo, especialmente los hongos, favorecen una buena estructura pues estabilizan los agregados envolviéndoles con sus redes de micelios y evitando que sean arrastrados por el agua de lluvia u otros agentes responsables de la erosión.
. El papel bioquímico de los microorganismos
Es el papel más conocido e importante. Sin ellos el ciclo de la vida se interrumpiría y no podrían reciclarse los residuos orgánicos que llegan al suelo ni integrarse en el ciclo de la vida los minerales que forman parte de las rocas.
- La transformación de materia orgánica. Las materias carbonadas (azúcares, almidón, celulosa) son la fuente principal de energía de los microorganismos. Para su desarrollo precisan también de nitrógeno, pues para la descomposición de 30 g de celulosa se precisa 1 g de nitrógeno. Esto permite comprender la importancia de la relación C/N en los aportes orgánicos.
Degradan moléculas complejas de materia orgánica, formando humus. El humus se asocia con las arcillas para formar el complejo arcillo-húmico, que favorece la aireación, el almacenamiento de agua y la fertilidad.
El humus será mineralizado posteriormente, lentamente, liberando el nitrógeno y otros elementos, que se vuelven así disponibles para las plantas.
- La solubilización de los minerales. Los elementos contenidos en las materias minerales del suelo (K, Ca, Mn, Mg, etc) pueden también ser solubilizados por los microorganismos edáficos y volverlos asimilables para las plantas.
- Fijación de nitrógeno. Diversos grupos de bacterias, tanto libres como simbiontes, son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico.
Como ya hemos dichos los organismos del suelo son muy numerosos y de características muy diferentes. En un suelo biológicamente vivo están presentes en grandes cantidades. En los suelos agrícolas que han sido sometidos a prácticas muy agresivas como el laboreo o el uso de productos químicos su presencia se reduce considerablemente.
Microflora del suelo
La microflora del suelo está compuesta por bacterias, actinomiceto, hongos, algas, virus y protozoarios. Entre las funciones más importantes que cumplen asociadamente en los procesos de transformación están:
- Suministro directo de nutrientes. Fijación de nitrógeno.
- Transformación de compuestos orgánicos que la planta no puede tomar a formas inorgánicas que si pueden ser asimiladas (Mineralización). Ejemplo: Proteína hasta aminoácidos y a nitratos.
- Solubilización de compuestos inorgánicos para facilitar la absorción por las plantas. Ejemplo. Fosfato tricálcico a Fosfato monocálcico.
- Cambios químicos en compuestos inorgánicos debido a procesos de oxidación y reducción. Ejemplo. Oxidación del azufre mineral a sulfato.
- Oxidación del nitrógeno amoniacal a nitrato.
- Aumento del desarrollo radicular en la planta que mejora la asimilación de nutrientes, la capacidad de campo y el desarrollo.
- Reacciones antagónicas, parasitismo y control de fitopatógenos.
- Mejoramiento de las propiedades físicas del suelo.
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