Del libro “La Agricultura en México un atlas en blanco y negro”
De Atlántida Coll-Hurtado y María del Carmen del Valle Rivera
Presentación
Actualmente se considera a la agricultura, no sólo como sector, sino con la visión de agricultura ampliada, que incluye además la agroindustria y particularmente la industria agroalimentaria.
Una cuarta parte de la población se encuentra en el campo, es rural; sin embargo, la aportación de la agricultura al producto interno bruto no llega al 5%, la balanza comercial agrícola es deficitaria, particularmente las importaciones de alimentos crecen ante la insuficiente producción interna y la baja competitividad, la población campesina emigra en busca de trabajo e ingresos que la actividad agropecuaria ya no proporciona.
Además, a pesar de la existencia de recursos naturales de gran importancia, nuestro país ocupa el cuarto lugar en biodiversidad a nivel mundial, México se enfrenta ahora a la presión del capital transnacional para el aprovechamiento de dichos recursos.
En el contexto de la globalización y la integración, pareciera que la agricultura pierde importancia; por el contrario, en -la actualidad destaca el papel multifuncional de la agricultura y las actividades rurales, el campo se mantiene como generador de recursos, productos y servicios, los campesinos contribuyen a la conservación del medio ambiente y de los recursos naturales, y actúan para sostener el desarrollo político, cultural y democrático en la base de la sociedad.
Estas observaciones llevan a considerar la importancia de las transformaciones que se presentan en el atlas del México rural, las que no sólo expresan los procesos impulsados por los cambios en el medio ambiente natural, sino que contienen también aquellos que son resultado de cambios económico sociales, en donde los límites biológicos se ven superados por la incorporación de innovaciones tecnológicas que permiten una mejor condición, tanto para cultivos existentes como para nuevos cultivos y vencen algunas condiciones climáticas.
Sin embargo, lejos de aportar beneficios para los pobladores del medio rural, la nueva dinámica agrícola, expuesta en imágenes espaciales, sólo ha permitido fortalecer y beneficiar a contadas empresas agroindustriales de carácter transnacional con capacidad para competir en el mercado internacional, mientras la mayoría de los pequeños productores familiares sobrevive en actividades fuera de su predio o se mantiene de auto consumo y tiende a caer en la pobreza.
En la visión de la geografía, que Atlántida Coll nos presenta en este atlas, podemos observar como el espacio rural no sólo se urbaniza , sino que se va incorporando al mundo global, al mismo tiempo que se mantienen extensas zonas de subsistencia, mostrando los efectos económico-sociales en el uso de la tierra.
En esta obra se advierte cómo los cambios en la economía campesina e indígena, y en la población dedicada a los diferentes cultivos comerciales, se expresan en la agricultura y en el espacio rural; cómo generan una nueva condición del territorio y, en suma, cómo transforman todas las características de la población.
Las autoras aportan en esta investigación, importantes y actualizadas contribuciones al conocimiento y la comprensión de la Geografía en el México rural.
No obstante, la carencia de información en fuentes oficiales y la calidad de la misma y la escala en la que se trabaja, permiten también el análisis a nivel municipal, para caracterizar los efectos en el espacio agrario.
La clara exposición de las ideas en lenguaje cartográfico nos muestra la polarización en el medio rural, a fines del siglo XX. Sin embargo, va más allá al expresar también las tendencias actuales, con ello descubre al estudioso de la disciplina, nuevas líneas de análisis y conduce a la reflexión crítica no con un trazo de desesperanza, sino con la convicción de su gran utilidad en la toma de decisiones para reorientar la nación.
María del Carmen del Valle Rivera
Instituto de Investigaciones Económicas
Universidad Nacional Autónoma de México
1ra Edición Diciembre 2003
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