Del libro “Esfuerzos mal recompensados: La elusiva búsqueda de la prosperidad en México” de la más reciente obra del político y economista mexicano, Santiago Levy Algazi quien ha ocupado diversos cargos en la administración pública de México.
Datos y estadísticas descriptivas
La principal fuente de datos para este libro es el Censo Económico de México, que recopila información sobre establecimientos de cualquier tamaño que producen bienes y servicios para el mercado en localidades de 2,500 habitantes o más. El censo sólo recoge datos sobre establecimientos en locales fijos, en una edificación con muros y techo. Las actividades que llevan a cabo los vendedores ambulantes o en mercados callejeros móviles, u otros parecidos, quedan excluidas, lo cual es una omisión importante en el caso de México. El censo excluye actividades gubernamentales como la prestación de servicios de salud y servicios sociales, aunque incluye a las empresas públicas en el sector de la energía. También excluye las actividades de organizaciones privadas que no producen para el mercado (como instituciones religiosas, embajadas, etc.). Por último, excluye a la agricultura, ganadería, silvicultura y actividades relacionadas, así como los establecimientos en localidades con menos de 2,500 habitantes, aun si estos tienen instalaciones fijas y producen bienes y servicios para el mercado como aquellos producidos por los establecimientos capturados en el censo.
El censo se realiza cada cinco años, y este libro utiliza los correspondientes a 1998, 2003, 2008 y 2013. Los establecimientos se clasifican siguiendo el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (SCIAN) y están agrupados en sectores a nivel de seis dígitos, una agregación muy detallada que implica que los establecimientos dentro de un sector producen bienes muy similares(1). A partir de ahora, cuando hagamos referencia a sectores, nos referimos a la clasificación a seis dígitos del SCIAN. Cuando conviene a la presentación, mostramos datos para todos los establecimientos en las manufacturas, que denominamos sector manufacturero. Lo mismo ocurre con el comercio y los servicios. Sin embargo, todos los cálculos se llevan a cabo a nivel de sectores a seis dígitos. Para cada establecimiento, el censo recopila datos sobre su localización, el valor y composición de su acervo de capital (equipos, edificios), valor agregado, producción, número de trabajadores y sus remuneración y composición entre salarios y otros ingresos laborales, así como los pagos por la seguridad social contributiva, entre otras variables.
La fuente secundaria de datos de este libro son las Encuestas de Empleo en México, una base de datos centrada en los hogares que proporciona un cuadro completo de la composición del empleo, incluyendo localidades y actividades excluidas del censo. También recopila datos que no están contenidos en el censo, como la edad, el sexo y la escolaridad de los trabajadores.
1 Por ejemplo, el sector 311820 se refiere a la producción de pasta para sopas (que contaba con 441 establecimientos en 2013) y el 315222 a la fabricación de camisas (con 742 establecimientos en 2013).
Alcance del censo económico
El Cuadro 3.1 utiliza la Encuesta de Empleo para aproximarse a la composición del empleo total entre 2000 y 2013(2). Para cada año, el cuadro muestra el número de trabajadores (en miles) y el porcentaje de ellos que son informales por tamaño de la localidad y el carácter fijo o móvil del establecimiento donde están empleados. Los valores en la primera línea se refieren a trabajadores en establecimientos con instalaciones fijas en localidades de 2,500 o más habitantes ocupados en las mismas actividades incluidas en el censo. Son estimados a partir de la Encuesta de Empleo aprovechando que esta registra el tamaño de la localidad donde los trabajadores viven y la actividad que realizan. Estos valores deberían corresponder con el número de trabajadores capturados en el censo. Sin embargo, la correspondencia entre el censo y la encuesta no es perfecta. Los datos de la encuesta se refieren a personas de edades entre 16 y 65 años. Este filtro no se puede aplicar al censo porque no captura esta variable. Puede que haya otras fuentes de diferencias, dado que la descripción de las actividades en la encuesta no es tan detallada como en el censo. Dicho esto, las diferencias son pequeñas: por ejemplo, en 2013, el censo registró 21.5 millones de trabajadores, mientras que la estimación con datos de la encuesta es de 21.9 millones.
El Cuadro 3.1 sirve para señalar tres puntos. Primero, el empleo capturado en el censo representa entre el 42% y el 44% del empleo total. En 2013, por ejemplo, había 21.9 millones de trabajadores capturados en las actividades incluidas en el censo, pero 15.7 millones no fueron capturados a pesar de que estaban empleados en las mismas actividades. Esto por dos motivos: porque aun cuando trabajaban en localidades de 2,500 habitantes o más, lo hacían en un establecimiento móvil (11 millones); o porque se encontraban en una localidad de menos de 2,500 habitantes, independientemente de si trabajan para un establecimiento con instalaciones fijas o móviles (4.7 millones). Por lo tanto, a pesar de su amplia cobertura, el censo proporciona un cuadro incompleto de la actividad económica en México.
El segundo punto en el Cuadro 3.1 es que, en todos los años, más de la mitad del empleo capturado en el censo es informal. El tercer y último punto es que el empleo en los establecimientos excluidos del censo es considerablemente más informal. Esto, junto con el hecho de que el empleo en agricultura también es en su mayor parte informal, implica que el alcance de la actividad económica informal capturada en el censo subestima el fenómeno a nivel nacional.
2 La Encuesta de Empleo en México ha cambiado de nombre, alcance y metodología a lo largo de las dos últimas décadas, y no es posible recopilar una serie consistente que comience en 1998. El Cuadro 3.1 se refiere a todas las personas empleadas entre los 16 y los 65 años.
Muestra de establecimientos y medidas de capital y trabajo
El Cuadro 3.2 presenta estadísticas descriptivas de los cuatro censos. Para 2013, el censo contiene información sobre 4.2 millones de establecimientos, clasificados en 884 sectores a seis dígitos. El análisis en este libro se centra en las manufacturas, los servicios no financieros y el comercio (3). En 2013, estas actividades representaban el 97% de todos los establecimientos del censo, 691 de los 884 sectores a seis dígitos, y el 80% del empleo.
El censo captura el gasto total de las empresas en trabajo, que es la suma del pago de salarios a los trabajadores u otras formas de remuneración, dada su educación y habilidades. Para incorporar diferencias en la intensidad de capital humano entre diferentes empresas en las medidas de productividad, este valor se utiliza como la medida del insumo laboral, aunque el número total de trabajadores, independientemente de su educación o habilidad, se utiliza como medida del tamaño del establecimiento. En términos de la discusión del Capítulo 2, el insumo laboral se mide como H.I, donde H está dada por los salarios relativos por nivel de escolaridad o habilidad. (El Capítulo 6 trata las diferencias en los niveles educativos de los trabajadores).
3 Se intentó incluir el transporte, pero los controles de consistencia encontraron problemas con las cifras de empleo que no pudieron ser resueltos. La minería y la energía se excluyen debido a la gran presencia de empresas públicas y los servicios financieros se excluyen debido a las dificultades con la definición y medición del valor agregado.
Un aspecto importante del censo, en gran parte concentrado en los establecimientos más pequeños, es que algunos trabajadores aparecen como no remunerados, en el sentido de que el establecimiento no realiza pagos monetarios. Desde luego, esto no implica que estos trabajadores no tengan un costo de oportunidad. Para dar cuenta de este costo, calculamos el pago promedio de los trabajadores en establecimientos con 10 o menos trabajadores en el mismo estado y sector a seis dígitos, e imputamos este promedio a los trabajadores no remunerados en el correspondiente estado y sector. Al concentrarnos en el mismo estado, los costos de oportunidad se calculan teniendo como referencia el mercado laboral local. Al concentrarnos en establecimientos del mismo tamaño y el mismo sector a seis dígitos, se tienen en cuenta a trabajadores con habilidades similares (4).
El censo contiene el valor de los terrenos, edificios y maquinaria comprada por el establecimiento, que aquí denominamos capital propio. El censo también recoge los pagos por el alquiler de maquinaria y edificios, a lo que nos referimos como capital alquilado. Para medir con más precisión el capital utilizado por el establecimiento, el valor del capital alquilado se capitaliza (a una tasa del 10%) y se agrega al valor del capital propio. Paralelamente, la medida del valor agregado se corrige, agregándole los pagos hechos por bienes de capital alquilado. El procedimiento es equivalente a uno donde todos los bienes de capital utilizados por el establecimiento son propiedad de éste (5)
4 Este procedimiento funcionó en el 95% de todos los casos. En los casos restantes, se consideraron los establecimientos agregados en sectores a cinco dígitos.
5 Para verificar este procedimiento, aprovechamos el hecho de que hay deflactores de precio disponibles para los bienes de capital entre 1998–2013 (por separado para edificios y maquinaria y equipos). Utilizando estos deflactores, se obtiene un crecimiento real de 41.6% del acervo de capital total de los establecimientos en el censo, que es muy similar al crecimiento de 43% registrado en las cuentas nacionales para el mismo período.
Empresas versus establecimientos
El censo recopila información a nivel del establecimiento. Los censos de 2008 y 2013 identifican cuantos establecimientos pertenecen ala misma empresa. El Cuadro 3.3 muestra que más del 99% de todas las empresas en las manufacturas, el comercio y los servicios tienen sólo un establecimiento y sólo el 0.01% tienen más de 50 establecimientos. Por lo tanto, los cálculos realizados a nivel del establecimiento reflejan básicamente lo que ocurre a nivel de la empresa. Para que los resultados de 2008 y 2013 sean comparables con los de 1998 y 2003, todos los cálculos se realizan a nivel del establecimiento. Sin embargo, el apéndice de este libro presenta los cálculos pertinentes a nivel de empresa para 2008 y 2013. Como se puede verificar allí, los resultados con datos a nivel de la empresa son muy similares a los obtenidos con datos a nivel del establecimiento. Por lo tanto, para todo propósito práctico, en la discusión utilizamos los términos empresa y establecimiento indistintamente.
Distribución por tamaño y tipo de empresas, 1998–2013
Estamos interesados en la distribución de establecimientos por tamaño, dado por el número de trabajadores, y en la distribución por tipo, dado su estatus de formalidad según la Definición 2 en el Capítulo 2. Para la distribución por tamaño, todos los establecimientos se agrupan en cuatro categorías: 1–5 trabajadores, denominadas empresas muy pequeñas; 6–10 trabajadores, empresas pequeñas; 11–50 trabajadores, empresas medianas; y 51 trabajadores o más, empresas grandes.
Para obtener la distribución por tipo, primero se construye un índice de formalidad y un índice de legalidad para cada establecimiento, de la siguiente manera:
Índice de formalidad = pagos del establecimiento a la seguridad social contributiva/(salarios de los trabajadores asalariados + pagos a los trabajadores no asalariados).
Índice de legalidad = pagos del establecimiento a la seguridad social contributiva/salarios de los trabajadores asalariados.
El índice de formalidad incluye todos los pagos laborales de la empresa en el denominador, y es positivo cuando el establecimiento realiza pagos a la seguridad social contributiva, algo que sólo ocurre si contrata a trabajadores asalariados e inscribe al menos a algunos de ellos en los programas de seguridad social contributiva. Si el índice es cero, se debe a que el establecimiento sólo ofreció contratos no asalariados a sus trabajadores, o a que contrató a trabajadores asalariados pero no los inscribió en ningún programa de seguridad social contributiva. En cualquier caso, el establecimiento es informal. Por otro lado, el índice de legalidad tiene en cuenta sólo los pagos de salarios, y es cero sólo si el establecimiento contrató a todos sus trabajadores sin cobertura de seguridad social contributiva. Si el establecimiento sólo tiene trabajadores no asalariados, es indefinido.
Teniendo en cuenta que en la legislación mexicana los pagos de las empresas a la seguridad social contributiva representan en promedioun 18% de los salarios de los trabajadores asalariados, estos dos índices se utilizan juntos para clasificar a los establecimientos según los rangos descritos en el Cuadro 3.4.
Con cuatro categorías de tamaño y cuatro categorías de tipo, en cada censo se clasifican todos los establecimientos en una matriz de cuatro por cuatro, describiendo la distribución completa por tamaño y tipo. El Cuadro 3.5 permite varias observaciones sobre la evolución de esa distribución entre 1998 y 2013 (6). En primer lugar, en todos los años, más del 90% de los establecimientos tenía un máximo de cinco trabajadores, y más del 95% un máximo de 10. En el otro extremo, menos del 1% tenía 50 o más trabajadores. En segundo lugar, la distribución por tamaño fue relativamente constante, aunque el tamaño promedio del establecimiento disminuyó de 4.4 a 4.2 trabajadores. En cuanto a la distribución por tipo, la primera observación es que está bastante sesgada hacia las empresas informales: dependiendo del año, entre el 83% y el 90% de todos los establecimientos eran informales. Luego, muy importante, nótese que la mayoría de los establecimientos informales eran legales, un resultado que subraya la diferencia crucial entre informalidad e ilegalidad y, aún más importante, que la mayoría de las empresas en México ofrecen a sus trabajadores contratos no asalariados.
Nótese también que, en contraste con la distribución por tamaño, la distribución por tipo cambió significativamente. En 1998, el 16.4% de los establecimientos eran formales (plenamente formales y mixtos), pero hacia 2013, este porcentaje cayó al 9.9%. La otra cara de la moneda es un porcentaje creciente de establecimientos informales, legales e ilegales. Este crecimiento se dio en su mayor parte a expensas de los establecimientos mixtos, reflejando el hecho de que las empresas que mezclaban trabajadores asalariados y no asalariados han cambiado su mezcla de contratos a favor de contratos no asalariados (y, en menor medida, de contratos asalariados ilegales).
La siguiente observación se refiere a diferencias en el tamaño promedio entre tipos de empresas. Siguiendo la discusión del Capítulo 2, las empresas formales (plenamente formales y mixtas) son considerablemente más gran- des que las informales. Sin embargo, nótese las diferencias entre empresas informales: aquellas con contratos no asalariados (es decir, las legales) son considerablemente más pequeñas que aquellas con contratos asalariados (es decir, las ilegales). Por último, el hecho de que las empresas legales informales tengan aproximadamente dos trabajadores destaca la escasa distancia que las separa de las empresas unipersonales de los trabajadores por cuenta propia.
6 El Cuadro A.1 en el Apéndice de este libro compara la distribución por tamaño y tipo de empresas en 2008 y 2013 y muestra que son muy similares a las presentadas aquí a nivel de establecimiento para esos años.
Asignación de recursos
El Cuadro 3.6 presenta hechos estilizados básicos sobre la asignación de capital y trabajo en los establecimientos capturados en el censo de 2013 (7). El bloque superior recoge la distribución de todos los establecimientos por tamaño y por tipo. El bloque intermedio recoge la distribución de los trabajadores por tamaño y tipo del establecimiento en el que trabajan. El bloque inferior recoge lo mismo para el capital. Empezando por la distribución del empleo, nótese que los establecimientos informales, legales e ilegales, representan más del 55% del empleo total. Nótese también que la proporción más grande del empleo informal es no asalariado (es decir, ocurre en empresas informales y legales). Desde la perspectiva de los trabajadores esto confirma, por un lado, que el contrato no asalariado es la modalidad contractual más habitual entre empresas y trabajadores en México y, por otro, que la mayor parte del empleo informal es legal.
Luego, nótese que la proporción del empleo en establecimientos informales y legales muy pequeños es, de lejos, la más grande. De hecho, el empleo en estos establecimientos, por sí solo, supera el empleo en los establecimientos plenamente formales de todos los tamaños. Dicho de otra manera, aunque estos establecimientos tienen en promedio sólo 2.3 trabajadores, de manera que a nivel individual prácticamente no tendrían ninguna importancia para la productividad, su muy elevado número acaba absorbiendo más de la cuarta parte de la fuerza laboral en las manufacturas, el comercio y los servicios capturada en el censo, una magnitud que claramente importa para la productividad.
7 El Cuadro A.2 en el Apéndice de este volumen muestra resultados casi equivalentes a nivel de empresas
La importancia de establecimientos muy pequeños para la asignación de recursos se confirma observando que todos ellos juntos (formales e informales) representan una parte mayor del empleo que los grandes establecimientos de todo tipo (39.7% versus 37.1%). Esta diferencia es de hecho mucho mayor si se tiene en cuenta a las empresas excluidas del censo, donde, como se señala más abajo, el empleo se concentra en su mayor parte en empresas muy pequeñas.
Consideremos ahora la asignación de capital. Los establecimientos formales de todos los tamaños (tanto plenamente formales como mixtos) representan el 57% del acervo de capital. Esta proporción es mayor que la del empleo (44%), lo que señala que son más intensivos en capital que los establecimientos informales. Por otro lado, el hecho de que los establecimientos informales (legales e ilegales) de todos los tamaños representan casi el 43% del acervo de capital indica que, contrario a lo que se suele pensar, el sector informal atrae una pro- porción muy importante de las inversiones de capital en México.
Los establecimientos informales muy pequeños (legales e ilegales) son los menos intensivos en capital. Cada uno absorbe muy poco capital pero, una vez más, dado que son muy numerosos, cuando se suman acaban atrayendo una proporción nada desdeñable del acervo de capital, el 15%. Considerando ahora el tamaño, los establecimientos muy pequeños de todos los tipos (formales e informales) representan casi el 19% del acervo de capital, menos que su proporción del empleo (39%). Esto indica que son menos intensivos en capital que los establecimientos grandes. Por último, nótese que hay diferencias importantes en la intensidad de capital entre establecimientos grandes. Los formales son más intensivos en capital que los informales y, dentro de los informales, los ilegales son más capital-intensivos que los legales.
¿Cómo cambió la asignación de recursos entre 1998 y 2013? El Cuadro 3.7 ayuda a responder a esta pregunta. Como en el Cuadro 3.6, los establecimientos se clasifican por tamaño según el número de trabajadores, y los trabajadores y el capital a su vez se clasifican según el tamaño y el tipo del establecimiento donde están empleados o utilizados. Centrándonos inicial- mente en los agregados, se observa que el número de establecimientos aumentó más que el empleo, reflejando la reducción ya mencionada del tamaño promedio del establecimiento. Se observa un aumento notable del número de establecimientos informales, y una caída igualmente llamativa del número de establecimientos mixtos. Al final, hay una tendencia clara y significativa hacia más informalidad empresarial.
Los cambios en la asignación del trabajo proporcionan luces adicionales. El empleo en los establecimientos plenamente formales y en los dos tipos de establecimientos informales creció más que el empleo general, un reflejo de la marcada disminución del empleo en las empresas mixtas. Dicho de otra manera, la composición del empleo se polarizó, aunque en promedio se produjo un cambio a favor de mayor informalidad. Este cambio también se refleja en el hecho de que el empleo en los establecimientos más pequeños creció considerablemente más que en los más grandes. Nótese que el empleo en los establecimientos informales e ilegales también creció más que el promedio, lo que señala un aumento en la conducta ilegal de las empresas. La asignación de capital también se polarizó más. En los establecimientos plenamente formales creció más que el empleo, lo que indica que estos establecimientos se volvieron más intensivos en capital. Nótese las diferencias en la evolución del capital entre establecimientos informales muy pequeños: en los ilegales creció considerablemente más que en los legales. Dado que el empleo y el número de establecimientos crecieron a tasas similares en ambos casos, las diferencias en intensidad de capital aumentaron.
Incorporación de empresas
El censo registra si las empresas están incorporadas como entidades legales autónomas, lo que implica la separación entre los activos de la empresa y los activos de sus propietarios. El Cuadro 3.8 captura el porcentaje de empresas en cada categoría de tamaño y tipo incorporadas bajo cualquiera de las categorías legales disponibles en la ley mexicana.8 No sorprende que más del 95% de los grandes establecimientos estén incorporados, independientemente de que sean formales o informales. Las tasas de incorporación disminuyen con el tamaño de la empresa, pero más de la mitad de todas las empresas formales o informales de tamaño mediano están incorporadas. Esto subraya los peligros de establecer una asociación unívoca entre informalidad empresarial y falta de registro o incorporación de la empresa. El tema tiene más matices y numerosas empresas informales están incorporadas.
Dicho esto, hay grandes diferencias en las tasas de incorporación entre empresas formales e informales muy pequeñas. Mientras que más de una tercera parte de las empresas plenamente formales están incorporadas, menos del 2% de las empresas informales y legales lo están. Aunque esto no se puede verificar directamente a partir de los datos del censo, la presunción es que estas últimas son empresas familiares. Esta presunción se ve corroborada por el hecho de que estas empresas emplean a la mayoría de los trabajadores capturados en el censo sin remuneración monetaria. En algunos casos puede que la producción se lleve a cabo en las mismas instalaciones donde viven los miembros de la familia. Sin embargo, independientemente del lugar de producción, los activos de la familia y de la empresa están mezclados. Los accionistas de estas empresas no incorporadas —se les podría denominar negocios propios— también son los trabajadores de la empresa.
8 La ley en México contempla diversas alternativas, desde empresas que emiten valores hasta empresas organizadas como cooperativas. Las cifras en el Cuadro 3.8 se refieren a cualquiera de estas alternativas, todas las cuales tienen en común el hecho de que la empresa está registrada y tiene un estatus jurídico separado de sus propietarios.
Empresas y empleo más allá del censo
El censo deja fuera actividad económica privada sustancial relevante para el estudio de la mala asignación en México. Como mostró el Cuadro 3.1, en 2013 las empresas capturadas en el censo empleaban a 21.9 millones de trabajadores. Sin embargo, en ese mismo año, excluyendo el sector público y la agricultura y otras actividades rurales, había 15.7 millones de trabajadores más que producían bienes y servicios para el mercado: 11 millones en localidades de más de 2,500 habitantes y 4.7 millones en localidades por debajo de ese umbral. Algunos de esos trabajadores participaban en actividades fuera del alcance del censo, entre ellas la prestación de salud, educación y servicios sociales, representaciones de gobiernos extranjeros, servicios religiosos y otros. Sin embargo, la mayoría estaban empleados en empresas que producían bienes y servicios que competían con empresas capturadas en el censo. Las empresas que empleaban a estos trabajadores fueron excluidas del censo porque sus actividades se realizaban en instalaciones móviles, o en localidades de menos de 2,500 habitantes, aún cuando produjeran en instalaciones fijas.
Esta sección intenta dar una idea de la magnitud de la actividad económica no agrícola excluida del censo. Esta actividad es muy heterogénea. Incluye vendedores ambulantes por cuenta propia que venden bienes (periódicos, dulces, paraguas) y servicios (estacionamiento y limpieza de vehículos, lustra- botas) así como personas que trabajan por cuenta propia, como empleados domésticos o jardineros, o realizando pequeñas reparaciones a domicilio (plomería, etc.). Pero también incluye a empresas que realizan actividades en instalaciones semifijas en puestos que se encuentran literalmente en las aceras de las principales avenidas y calles de las ciudades de México vendiendo ropa, medicamentos, muebles, aparatos electrónicos y joyería de fantasía, entre muchos otros productos, y prestando servicios como reparaciones de vehículos, peluquerías, preparando una variedad de productos alimenticios o incluso produciendo manufacturas simples como ropa y muebles. También incluye a empresas que venden frutas y legumbres, alimentos, productos para la limpieza del hogar, zapatos, ropa, aparatos electrónicos, medicamentos y otros productos en los mercados que se mueven diariamente dentro de una determinada zona de las ciudades con un calendario fijo (llamados “tianguis”, la palabra para mercado en lengua Nahuatl). Estas empresas suelen emplear a dos o tres trabajadores cada una, pero pueden ser más grandes, como lo demuestran los datos (e inspecciones visuales).
Dado que la fuente de datos es la Encuesta de Empleo, y puesto que en la encuesta la unidad de observación es el trabajador y no la empresa, no se puede saber el número, tamaño y tipo de empresas excluidas del censo. Sin embargo, la encuesta contiene dos piezas valiosas de información para formular una aproximación razonable: el estatus formal e informal de los trabajadores y el tamaño del establecimiento que los emplea. El Cuadro 3.9 clasifica a los trabajadores excluidos del censo de 2013 utilizando estos dos criterios.
Hacemos ahora dos supuestos: primero, que todos los trabajadores formales, independientemente del tamaño del establecimiento donde trabajan, están asignados a actividades fuera del alcance del censo mencionadas más arriba (servicios de salud y educativos, servicios religiosos, embajadas, etcétera); y, segundo, que todos los trabajadores informales asociados con una empresa producen bienes y servicios en las manufacturas, el comercio y los servicios(9). Bajo estos supuestos, 7.6 millones de trabajadores, excluyendo a los trabajadores por cuenta propia, estaban empleados en estos tres sectores ampliamente definidos, tanto en establecimientos móviles excluidos del censo en localidades de más de 2,500 habitantes, como en establecimientos fijos o móviles en localidades con menos de 2,500 habitantes. Se trata de una cifra considerable puesto que 17.4 millones de trabajadores estaban empleados en los establecimientos capturados en el censo en estos mismos sectores ampliamente definidos. Por cada trabajador en una empresa capturada en el censo en las manufacturas, el comercio y los servicios, había aproximadamente 0.4 trabajadores en empresas excluidas del censo en esos mismos sectores. Por los motivos antes descritos no es posible determinar el número de empresas excluidas del censo. Sin embargo, para dar una idea de los órdenes de magnitud, suponemos el tamaño medio en cada casilla del Cuadro 3.9; es decir, el supuesto es que los 6.5 millones de trabajadores informales en establecimientos con hasta cinco trabajadores estaban empleados en empresas con 2.5 trabajadores cada una; que los 700,000 trabajadores informales en empresas de entre 6 y 10 trabajadores estaban empleados en empresas con 7.5 trabajadores cada una; y que los 400,000 trabajadores en empresas con 11 a 50 trabajadores estaban empleados en empresas de 30 trabajadores cada una(10). Bajo estos supuestos, en 2013 había 2.6 millones de empresas que tenían hasta cinco trabajadores, 900,000 empresas con seis a 10 trabajadores y 100,000 empresas con 11 a 50 trabajadores, para un total de 2.61 millones de empresas excluidas del censo. Esto compara con los 4.1 millones de empresas capturadas en el censo en las mismas actividades.
9 La otra actividad donde los trabajadores informales participan es el transporte. Sin embargo, la mayor parte de éstos serían trabajadores por cuenta propia, de modo que nuestros supuestos parecen razonables.
10 Esto se compara con un tamaño promedio de 1,8 trabajadores para las empresas capturadas en el censo con uno a cinco trabajadores, 7,4 para las empresas con seis a diez trabajadores y 20,8 para las empresas con 11 a 50 trabajadores (Cuadro 3.5). Dicho de otra manera, el supuesto hecho es conservador en el sentido de que el tamaño medio de las empresas excluidas del censo supera el de aquellas incluidas en el censo. Si se supusiese el mismo tamaño del censo, el número de empresas excluidas del censo sería mayor
Si bien estas cifras son aproximaciones, bastan para llamar la atención sobre el hecho de que la distribución por tamaño y tipo de empresas asociada con el E(T,L,M) de México está significativamente más sesgada a favor de las empresas pequeñas e informales de lo que indican los Cuadros 3.5 y 3.6. En 2013, el tamaño promedio de una empresa, en términos de trabajadores, en las manufacturas, los servicios y el comercio en México, teniendo en cuenta las empresas excluidas del censo, era de 3.7 (en lugar de 4.2, como en el Cuadro 3.5). Además, el 44% de todos los trabajadores asociados con empresas en las manufacturas, el comercio y los servicios estaban empleados en establecimientos de hasta cinco trabajadores (en contraste con 39% en el Cuadro 3.6). Por lo tanto, la imagen que surge de la combinación de los datos del Censo Económico y de la Encuesta de Empleo es el de una economía donde cerca de la mitad de todos los trabajadores en las manufacturas, los servicios y el comercio están empleados en empresas con un máximo de cinco trabajadores.
Resulta ilustrativo proporcionar unas cuantas estadísticas para describir los cambios en la composición de la fuerza laboral no agrícola entre 2000 y 2013 (excluyendo, como antes, a los trabajadores del sector público). Como se mostraba en el Cuadro 3.1, de 29.1 millones de trabajadores en 2000, el 52% estaban empleados en empresas informales, mientras que en 2013, de 37.7 millones de trabajadores, el 58% estaban empleados en empresas informales. En 2000, el 49% de todos los trabajadores lo hacían por cuenta propia o trabajaban en establecimientos (de cualquier tipo y en cualquier actividad) de hasta cinco trabajadores, mientras que en 2013 el 55% de los trabajadores caían en esta categoría
Presencia de empresas informales en localidades de diferentes tamaños
¿Se concentran las empresas informales en su mayor parte en zonas urbanas más pequeñas pero no están presentes en las ciudades más
grandes de México? ¿O los patrones de informalidad empresarial son similares en las ciudades más grandes y modernas y en las más pequeñas y tradicionales? Estas preguntas son pertinentes porque se podría sostener que una dimensión de la informalidad empresarial asociada con el tamaño de las localidades este oculta en las cifras agregadas.
Para responder a estas preguntas, regresamos a los datos del censo y comparamos la distribución por tamaño y tipo de empresas entre la zona más urbanizada y densamente poblada de México, la Ciudad de México, y todas las otras localidades capturadas en el censo. Para hacer esta comparación, aprovechamos el hecho de que el censo proporciona información muy de- tallada sobre la localización de cada establecimiento(11). El Gráfico 3.1 muestra un círculo con un radio de 16 km centrado en la plaza central de la Ciudad de México, el Zócalo, donde están la Catedral Nacional y el Palacio Nacional. Esta zona, que para abreviar denominaremos “el círculo”, abarca partes de la Ciudad de México (en tono gris más oscuro) y partes del fronterizo Estado de México (en tono gris más claro).
11 El instituto de estadística divide a todas las localidades con 2,500 o más habitantes en México en 56,193 Áreas Geoestadísticas Básicas – AGEBs. Estas áreas son considerablemente más pequeñas que los 32 estados y los 2,438 municipios en que se divide México para fines políticos y administrativos. Las AGEBs se construyen basándose en la densidad demográfica y son la unidad básica de análisis para fines de recopilación de datos en zonas urbanas. El Censo Económico registra la AGEB donde está localizado cada establecimiento
La zona a la derecha fuera del círculo corresponde al nuevo aeropuerto de la Ciudad de México (en construcción). Este círculo es el conglomerado urbano más grande y más densamente poblado del país. El censo de población más reciente disponible, para 2010, señala que 86.9 millones de personas vivían en localidades de 2,500 habitantes o más, de los cuales 9.7 millones (11.1%) se encontraban en el círculo. Aunque no lo documentamos aquí, el círculo cuenta con una de las mejores, sino la mejor infraestructura de transporte y telecomunicaciones de México, y el más amplio acceso a los servicios bancarios y financieros y a los tribunales y juzgados para dirimir conflictos comerciales, crediticios o laborales. Es el corazón de la actividad económica del país y, por supuesto, su centro político. El Cuadro 3.10 compara la distribución por tamaño y tipo de las empresas y la asignación de recursos entre el círculo y todas las demás localidades incluidas en el censo. De los casi 4.1 millones de establecimientos captura- dos en el censo de 2013, 443,771 se encontraban en el círculo (10.8%). A su vez, estos establecimientos representan el 19.9% del empleo capturado en el censo, y el 14.7% del acervo de capital. Como era de esperar, el tamaño promedio de la empresa en el círculo es mayor que en el resto del país: 7.8 versus 3.8 trabajadores por establecimiento. En el círculo, el 6.1% de todos los establecimientos tienen 11 o más trabajadores; en el resto del país esa ci- fra es sólo del 3.6%. Dicho esto, sigue siendo el caso que la gran mayoría de establecimientos dentro y fuera del círculo son pequeños o muy pequeños (94% y 96.4%, respectivamente).
Sin embargo, la característica más reveladora del Cuadro 3.10 es que la distribución por tipo de empresas en el círculo es casi la misma que en el resto del país. De todos los establecimientos en el círculo, el 88.9% son informales, en comparación con el 90.2% para todas las localidades fuera de éste. Resulta interesante señalar que, mientras que el porcentaje de informalidad empresarial es casi el mismo, la composición es diferente. Hay proporcionalmente menos empresas informales y legales en el círculo (probablemente menos empresas familiares) y, correspondientemente, más empresas informales e ilegales.
Es importante señalar que el hecho de que la informalidad empresarial sea la misma en localidades de diversos tamaños no implica que la informalidad laboral también es similar. El Cuadro 3.10 se refiere sólo a establecimientos capturados en el censo, y es probable que las localidades tengan diferentes porcentajes de empresas excluidas e incluidas en el censo. Además, el Cuadro 3.10 se refiere sólo a las manufacturas, el comercio y los servicios, y las localidades se diferencian por el porcentaje de la fuerza laboral destinada a la agricultura y a otras actividades rurales. Como consecuencia, la informalidad laboral es diferente entre regiones y, en términos generales, es más alta en los estados del sur de México. Dicho esto, el resultado crucial para nuestros propósitos aquí es que, al menos con respecto a las empresas capturadas en el censo, la informalidad empresarial no se asocia con el tamaño de una localidad, con la lejanía de los conglomerados urbanos más grandes, o con diferencias en el acceso a infraestructura física o a juzgados y tribunales administrativos. Dicho de otra manera, el E(T,L,M) de México tiene un efecto sistémico en los acuerdos contractuales entre empresas y trabajadores, independientemente del tamaño de la localidad donde se hagan esos acuerdos.
Empresas y asignación de recursos en diferentes sectores
Esta sección explora los patrones de informalidad empresarial entre las manufacturas, el comercio y los servicios. ¿Son los tamaños y tipos de empresas iguales en estos sectores ampliamente definidos? ¿El aumento de la informalidad empresarial agregada se concentra en algunos sectores o se trata de un fenómeno generalizado?
El Cuadro 3.11 proporciona información para responder a estas preguntas. Para facilitar su lectura, el cuadro se divide en tres bloques para las manufacturas, el comercio y los servicios, respectivamente. La parte superior de cada bloque mide la distribución de los recursos totales entre los tres sectores ampliamente definidos. El punto clave que hay que destacar aquí es que a lo largo del tiempo las manufacturas han atraído una proporción decreciente de recursos: en 1998, absorbían el 35.9% de todo el trabajo y el 45.9% del acervo de capital, pero hacia 2013 esas proporciones habían disminuido a 28.3% y 40.3%, respectivamente. Los recursos se han desplazado hacia el comercio y los servicios.
La parte inferior de cada bloque proporciona tres medidas de informalidad empresarial. Dos de ellas son muy directas: la proporción del trabajo y del capital en empresas informales (legales e ilegales). La tercera se centra en la presencia de las empresas informales en sectores a seis dígitos con el fin de determinar si la informalidad empresarial se concentra en unos pocos sectores a seis dígitos o se reparte en un espectro más amplio. Más precisamente, primero se mide el porcentaje de empresas informales dentro del número total de empresas en cada sector a seis dígitos en las manufacturas. Luego se mide el porcentaje de todos los sectores a seis dígitos en las manufacturas donde las empresas informales son mayoría (50% o más del total de empresas). Este procedimiento se repite por separado para el comercio y los servicios.
El Cuadro 3.11 arroja dos resultados. Primero, con cualquiera de estas tres medidas, la informalidad empresarial en las manufacturas es
considerablemente inferior a la del comercio y los servicios. Dicho esto, segundo, usando cualquier medida, la informalidad empresarial ha aumentado en los tres sectores ampliamente definidos. Por ejemplo, en las manufacturas, las empresas informales representaban el 15.1% de los trabajadores y el 16.5% del stock de capital en 1998; hacia 2013 esas cifras eran de 34.8% y 32%, respectivamente. Además, este aumento se produjo a lo largo de un número mayor de sectores a seis dígitos. En 1998, las empresas informales eran mayoría en el 34.5% de todos los sectores a seis dígitos en las manufacturas; hacia 2013 ese porcentaje aumentó a 51.2. Mutatis mutandis, se observan resultados comparables en el comercio y los servicios.
El Cuadro 3.11 corrobora un punto establecido en el Capítulo 2: la informalidad en México no se limita a un pequeño número de sectores “tradicionales” (por ejemplo, las artesanías o la elaboración de alimentos), o a un pequeño número de actividades en los servicios y el comercio. Las empresas formales e informales coexisten en un amplio y creciente número de actividades.
Por último, se debe señalar que si bien el tamaño promedio de las empresas en las manufacturas es mayor que en el comercio y los servicios, este disminuyó entre 1998 y 2013. Esto es importante porque el hecho de que las manufacturas sean menos informales y que sus empresas tengan un tamaño promedio mayor que el comercio y los servicios podría sugerir que el aumento agregado de la informalidad empresarial y la disminución del tamaño promedio de las empresas señalado en el Cuadro 3.5, es el resultado de la importancia decreciente de las manufacturas en la asignación de recursos. Sin embargo, esta sugerencia es errónea. Si bien hay diferencias en el nivel de informalidad empresarial entre las manufacturas, por un lado, y el comercio y los servicios por otro, la tendencia hacia una mayor informalidad empresarial es común a los tres sectores.
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